Polo (folclore)

Estilo de cante flamenco. Recorrido histórico Su origen etimológico es incierto, aunque algunas fuentes lo relacionan con un tipo de canción para bailar, propia de Andalucía, de principios del s. XVIII. La primera referencia escrita sobre el género apareció en 1773, en el libro Cartas marruecas, de José Cadalso. Adquirió relevancia como cante flamenco en los primeros años del s. XIX, época en que se solía cantar a continuación de la caña o trabado con ella, según invención del influyente cantaor y compositor Curro Dulce. A pesar de algunas afinidades con la caña, a diferencia de ésta, el polo es lineal y austero, lo que supone escaso lucimiento para el cantaor. Por lo demás, está dotado de gran carga emocional, y se interpreta en un tono de voz grave y profundo; de ahí que únicamente lo ejecuten artistas masculinos. Su letra se compone de cuatro versos octosílabos, con rima en los pares; a menudo se añade un macho, o estrofa de tres versos, a modo de réplica...

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