El medio físico Su reducida extensión engloba, sin embargo, un amplio conjunto de formas esculpidas en el granito por los procesos erosivos que han afectado a estas sierras desde el mismo instante de su formación. Las rocas cristalinas que les dan cuerpo, en especial el granito y el gneis, poseen unas especiales características que las hacen fracturarse en lugar de deformarse ante las presiones generadas por los movimientos orogénicos. En consecuencia, cuando los movimientos derivados de la orogenia alpina afectaron a los materiales del sistema Central –cordillera en la que se encuentra incluido el espacio natural– elevaron las partes centrales de las montañas y dieron origen a lo que los geólogos denominan “horst”, las grandes moles rocosas se rompieron y quedaron en la superficie en forma de enormes masas rocosas que han ido adquiriendo las más diversas formas a lo largo de su historia geológica y como resultado de la acción erosiva del viento y la lluvia. La dispersión de estos grandes pedazos de roca por las laderas de la vertiente meridional de la sierra ha creado un bello canchal en el que se encuentran dispersos grandes bolos graníticos de formas redondeadas, algunos de los cuales se mantienen en un aparentemente equilibrio inestable que confiere cierta sensación de movilidad al paisaje.