Maquiavelismo

Introducción

Nombre con que se conoce la doctrina política del estadista y escritor italiano Niccolo Machiavelli o Nicolás Maquiavelo (1469-1527), la cual está expuesta en tres obras fundamentales: El Príncipe (1513, publicado en 1532), los Discursos sobre la primera década de Tito Livio (1513-1519) y el Discurso sobre la reforma del Estado de Florencia (1519). En El Principe se pregunta cómo instaurar un Estado estable en el que reine el orden. Según sus planteamientos, el príncipe debe guiarse por una virtù ajena a cualquier preocupación moralista -no atado por normas éticas-, velar por el mantenimiento de las instituciones y delegar las medidas impopulares que tome. Su mayor fortaleza es la adhesión de su pueblo, al que hay que manejar por medio de la opinión pública; la hipocresía se convierte, de este modo, en una obligación para el príncipe. El príncipe debe, ante todo, mantenerse en el poder; únicamente cuentan los resultados (el fin justifica los medios). Las mismas reglas se aplican a las relaciones con el extranjero: no son válidos los tratados internacionales; el príncipe tiene que extender sus posesiones por medio de conquistas, no muy alejadas, en detrimento de los otros Estados. En los Discursos sobre la primera década de Tito Livio, Maquiavelo se decanta por un tipo de gobierno mixto, en el que, mediante un pacto constitucional, gobiernen el príncipe, los grandes y el pueblo; sin embargo, apenas trata de los derechos de los ciudadanos. Aunque aboga por la República Florentina, plantea pedir a los Médicis que se mantengan en el poder por medio de una dictadura legal transitoria. Finalmente, en el Discurso sobre la reforma del Estado de Florencia se ocupa de la idea de Estado; contrariamente a lo que se cree, sin embargo, no elabora una teoría del mismo, ni se ocupa de las relaciones entre éste y el individuo. Para Maquiavelo la política es un arte racional y positivo que recoge datos que la experiencia le proporciona. Por otra parte, pretende no sólo que el Estado sea laico, sino que la religión quede por completo subordinada a él. Esta secularización del Estado comportaba importantes consecuencias: hostilidad contra el Imperio y el universalismo cristiano, desconfianza hacia las aristocracias de origen feudal, concepción pragmática de las relaciones entre los Estados (no existe el derecho internacional) e importancia del factor militar (el ejército debe ser nacional) dentro de un Estado. En resumen, Maquiavelo trataba de enseñar que el poder tiene su propia lógica, la posteriormente denominada “razón de Estado”, expresión que no acuñó él, aunque sí surgió en Italia para extenderse después por toda Europa. En España se conoció, sobre todo, por la traducción de la obra de Botero Della ragion di Stato, realizada por Antonio de Herrera en 1593.

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