Manos Muertas

Historia

La libertad para comprar y adquirir, junto con la prohibición de vender, dio lugar a una creciente concentración de riqueza rústica por parte de las manos muertas y supuso una importante disminución de los ingresos para la Hacienda real; las iglesias y monasterios, además, estaban exentos de cargas tributarias sobre sus propiedades agrarias. Ya en la Edad Media distintas poblaciones (Sepúlveda, Cuenca, Córdoba, etc.) advirtieron el peligro y prohibieron en sus fueros la venta de tierras a las órdenes religiosas. Sin embargo, tales prohibiciones y las diferentes medidas adoptadas por los monarcas castellanos y aragoneses no bastaron para contrarrestar el proceso de acumulación.

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