Introducción [De guiar]. Nombre que recibía el estandarte regio que en algunas ceremonias era portado delante del monarca. Durante la Edad Media cada milicia concejil poseyó también su propio guión o enseña; en el caso de los reinos de Castilla y León fue el juez, el jefe militar de estas milicias, el encargado de portar el guión. De este modo, el término guión se aplicó tanto al distintivo como al que lo llevaba. Durante el reinado de los Reyes Católicos existió un oficio en la Casa Real que señalaba que sólo lo podía usar el monarca y, en su ausencia, los capitanes generales al frente del ejército regio. Según Fernández de Oviedo, el estandarte era portado a caballo y medía entre cuatro o cinco palmos. Servía para distinguir al monarca o, en su caso, al general del resto de las tropas. En el transcurso del s. XVIII los dragones recibieron un distintivo particular, diferente de la bandera y del estandarte, que también tomó la denominación de guión, y los que lo llevaban la designación de portaguiones.