Archidiócesis de Santiago de Compostela

Historia

Los orígenes de la sede compostelana van unidos indefectiblemente a la figura del apóstol Santiago. Tras largas épocas de leyendas, documentos, afirmaciones, desmentidos e indecisiones sobre el mito —no es baladí, empero, el dato de que ya en el himno del rey Mauregato (783-788) se evoque al apóstol en calidad de protector y patrono de España—, en la segunda década del s. IX, un ermitaño de nombre Pelayo tuvo unas visiones fantásticas en el bosque de Libredón, al cual acudió Teodomiro, obispo de Iria Flavia, quien descubrió el supuesto sepulcro del santo en el lugar donde más tarde se levantó el altar mayor de la célebre catedral de Santiago de Compostela. Allí trasladó su residencia el citado prelado y declaró su suelo como lugar santo.

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