Archidiócesis de Mérida-Badajoz

Historia

La primera mención de la diócesis se conoce a través de la epístola 68 de san Cipriano de Cartago, en la que se nombra a su obispo Marcial, depuesto por libelático (252). En esa época, la romana Emérita Augusta, una de las más grandes ciudades del Imperio, debía de contar ya con una floreciente comunidad cristiana. Durante la persecución de Diocleciano (284-305), Mérida fue el escenario del martirio de santa Eulalia.

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